viernes, 28 de mayo de 2010

APRENDER DE LOS ERRORES

Muchas veces, solo a través de nuestros errores, tenemos la oportunidad de reflexionar y aprender algo nuevo. Solo después, de revisar las consecuencias de una acción que acabamos de realizar, es cuando podemos reconocer el error que hemos cometimos. Es esta la razón por la cual nos resulta tan difícil prevenir algunos errores, porque solo podemos reconocerlos, una vez que los hemos cometido.
Desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar nuestras equivocaciones, amplia nuestra visión de la realidad, nos impulsa a asumir nuestra responsabilidad y nos enseña además, a reconocer la presencia de otros a los que afectamos con las consecuencias de nuestras equivocaciones.
Cuantas veces hemos escuchado decir que: “Cometer errores es de humanos’’, pero lo más importante, es que los reconozcamos a tiempo y asumamos el compromiso de corregirlos. Algunos padres por ejemplo temen reconocer un error frente a sus hijos por miedo a perder su autoridad o el respeto por parte de ellos, cuando en realidad hacerlo, seria una señal de madurez, humildad y amor.
No es sencillo aceptar nuestras equivocaciones. A veces, nos da pena que otros descubran que hemos cometido un error. Otras, quedamos paralizados por el miedo de volvernos a equivocar, o también puede suceder que en vez de asumir nuestra responsabilidad y reparar nuestros errores, busquemos culpar a alguien. En realidad, saber que tenemos derecho a equivocarnos y estar dispuestos a aprender de nuestras equivocaciones, nos da la libertad de ser auténticos, tomar decisiones más acertadas y el permiso para realizar actividades nuevas con más seguridad y confianza.
La próxima vez, que tu hijo pequeño cometa un error, pídele que asuma su responsabilidad sin presionarlo o agredirlo por la equivocación cometida. En su lugar, háblale de las consecuencias y pídele que participe en el proceso de encontrar la solución y el medio para que no vuelva a suceder.

FORMA SALUDABLE DE MANEJAR TUS ERRORES:
ACEPTA LO QUE YA PASO. Sal del pasado y no te quedes pegado ahí, pensando en lo que pudiste hacer y no hiciste. El pasado ya paso y ahora lo único que debes preguntarte es: Que puedo hacer para corregir mi error lo más rápidamente posible y que puedo aprender de esta experiencia? Para convertir de esta manera nuestros errores, en parte de un camino de madurez y aprendizaje.
SUPERA LA CULPA. Si realizaste una mala elección o cometiste alguna equivocación, no te castigues por algo que no podías saber de antemano. Cometer errores no tiene nada que ver con tu valor como persona, ni con tu capacidad para tomar decisiones en un momento dado.
CONSIDERA EL ERROR COMO UNA ADVERTENCIA. A veces el recibir una multa de transito, representa una advertencia para conducir mas despacio y evitar un accidente mayor... Estar atentos para reconocer las señales que nos envía el universo, hará que convirtamos nuestros errores en oportunidades.
VENCE EL TEMOR A EQUIVOCARTE. El miedo a equivocarte puede hacer que no te atrevas a decir lo que sientes o piensas. Al mismo tiempo puede impedirte hacer algo, por temor a hacer el ridículo. Atrévete a expresar tus pensamientos y sentimientos encontrando las mejores palabras y el mejor momento para hacerlo. Y si te equivocas, pide disculpas y corrige tu error.
APRENDE DE TUS ERRORES. Tenemos dos formas de aprender en la vida: Una es por conciencia, cuando nos dirigimos tras nuestras metas por motivación propia, sin necesitar que nadie nos recuerde nuestros compromisos, sueños e ideales. Y la otra, es cuando cometemos errores y estamos atentos para reconocerlos y corregirlos. Cada error, nos muestra lo que tenemos que corregir y en la medida en que lo hacemos, aprendemos y nos convertimos en mejores seres humanos.
VENCE EL HÁBITO DE SEÑALAR LOS ERRORES DE LOS DEMÁS. Cuando somos muy críticos, pensamos que la capacidad de encontrar defectos es señal de inteligencia. Pero el habito de señalar todo el tiempo, los errores que cometen los otros, sin aportar algo para corregirlos, termina afectando nuestras relaciones con los demás y reafirmando las consecuencias negativas que se generan de nuestras equivocaciones. La próxima vez que vayas a criticar la labor de alguien, pregúntate primero: Que puedo hacer o aportar para mejorarlo?
Con frecuencia pensamos que los errores son un fracaso, pero en realidad podemos verlos como una herramienta valiosa que nos permiten hacer cambios y superar nuestras limitaciones.

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